A la consulta suelen venir muchas personas que quieren resolver sus problemas, y nos miran buscando respuestas.
Las preguntas comunes son:
- ¿Cuándo me va a dejar de doler esto?
- ¿Cuándo voy a poder volver a jugar al tenis?
- ¿Cuándo va a empezar a dormir mi niño toda la noche?
Y así un larguísimo etc.
Nosotras entendemos perfectamente la necesidad que les motiva a hacer esas preguntas, pero la verdad es que NO LO SABEMOS. Recuerda, cada persona es distinta, cada situación también lo es y nosotras no podemos controlar lo que vaya a pasar.
Entonces lo que hacemos es ayudar a que la inteligencia innata de tu cuerpo que hace que te mantengas vivo, funcione sin ningún tipo de interferencia.
El cuerpo es sabio, y la mayoría de las veces, si no es demasiado tarde, cuando liberamos esa interferencia el cuerpo repara y volvemos al equilibrio. Comenzamos un proceso necesario para vivir mejor, más conectados y con más posibilidad de sacarle el mayor partido a nuestro día.
Recuerda que la quiropráctica no tiene como objetivo “arreglar” absolutamente nada sino ayudarnos a vivir de una manera más conectada, con un sistema nervioso libre de interferencias permitiendo que aquello intangible que gobierna nuestro cuerpo lo haga de la manera más eficaz. Que sea capaz de priorizar lo que realmente es importante para nosotros y que como consecuencia, vivamos mejor.
Decir «No sé», cuesta. En la consulta, en el trabajo, en las relaciones con los seres queridos, tendemos a creer que las cosas dependen directamente de nosotros y que nosotros controlamos lo que nos pasa, y en cierta manera es posible, pero la verdad es que hay muchísimas cosas que no controlamos y nuestro único deber tal vez sea rendirnos a ese algo más grande que nosotros y poner todo de nuestra parte para vivir más conscientes y conectados.
El ajuste quiropráctico es sin duda una de las maneras más eficaces de ayudarnos a conectar con el cuerpo.
Intentemos olvidar el dolor, aunque sabemos que es difícil (no es imposible) y hazte un favor, comienza a observar más a tu cuerpo y permite que llegue a su máximo potencial.
No intentes controlar los resultados, ya llegarán confía en ti, en tu capacidad, en lo natural y ajústate y ya verás cómo poco a poco el árbol dará sus frutos.